Odio el metro, me apesta, siempre está entre mis últimos panoramas, pero lamentablemente ando al menos una vez al día en el, aguantando todo lo que implica, como la gente rancia que se queda esperando en la puerta por un asiento habiendo suficiente espacio para subir, tapándole la pasada a cuanto cristiano que quiera ocupar los espacios que quedan, o las horribles aglomeraciones de personas en las escaleras de las combinaciones, o esos mongos que perfectamente pueden bajar las escaleras sin usar el ascensor, pero el metro lejos de justificar mi galopante misantropía, no me deja de sorprender, hay una estación en particular que parece estar aparte. Estación Baquedano es todo un referente, no solo como punto de encuentro, si no como vórtice espacio temporal, la dura, ya que no solo en ella confluyen dos lineas de recorrido, si no todo un abanico multiforme de seres mágicos, fantásticos y por sobre todo, rancios, como la vez que con amigos de loserpower nos encontramos con el vertedero humano humorista, un raro ser que nos bendijo con su presencia una noche, tirándole uno que otro piropo a una de nuestras asqueadas amigas presentes. En fin, toda esta mierda de prólogo era solo para justificar una historia que de no haber pasado en mi presencia no habría logrado concebir.
Paso hace algunos meses, fue un día en el cual nos íbamos a juntar con Mati y Silvia (mi actual polola) para ir a un carrete mechón en la ex oz, el punto de encuentro era baquedano y yo había llegado con unos 20 minutos de ventaja. Mientras subía las escaleras para llegar a la boletería, una cinta roja y un hombre de amarillo me desviaron hacia el otro sector de esas puertas dobles de salida, ya que por razones que ignoro la que estaba mas próxima a mi salida se encontraba interrumpida. Estaba solo, concentrado en como la gente se queda pegá mirando el túnel como si de ahí salieran cocodrilos, o como si el tren empezara a avanzar mas rápido mientras mas miren el túnel, en fin, concentración que fue estrepitosamente interrumpida por un grito desaforado que venía desde mi izquierda. Al girar mi cabeza hacia el origen del ruido, vislumbré la siguiente imagen: un hombre vestido en harapos, larguirucho y enojado, frente a la salida que estaba clausurada, al otro lado de esta, un hombre de esos de amarillo, no sabia si victima o no de los extraños y fuertes gritos de este hombre. Me es difícil ejemplificar la forma en que este andrajoso hombre expresaba su enojo, pero traten de imaginar la voz de un hombre de unos 50 años pero de una agudeza exacerbada y molesta, junto a una extraña pronunciación y tildación, exagerando una modulación que era traicionada por su lengua traposa, el tipo estaba totalmente ebrio. Era obvio, al rededor de la discución se formó un círculo de morbosos, mientras el guardia algo descolocado sacaba su radio para pedir refuerzos. Tal acción desencadenó una reacción aun mas extraña, podían pasar dos cosas, una el tipo podía tratar de calmar las cosas o empeorarlas, sin embargo lo que hizo me descolocó, el caballero con total desesperación sacó un cuaderno de una bolsa y un lápiz y se lo pasó al guardia gritando: "no te entiendo lo que me estas diciendomeee" así tal cual. Si ya eso era raro, lo que vino después me superó, el tipo de amarillo parecía descifrar por sobre mis prejuicios de este borracho lo que realmente le estaba ocurriendo y en un ademán me aclaró totalmente el embrollo sin sacarme de la sorpresa, el tipo de amarillo descubrió que el "borracho" era en realidad sordo, y no solo eso, sino que empezó a hablarle en lenguaje de señas a lo cual este respondió sin problemas, estableciendo una fluida comunicación en la cual ninguno de los presentes podíamos participar, sin embargo fue fructífera, no se que pasaría con el caballero, pero luego de cruzar algunas "palabras" con el guardia, otros mas vinieron y en una amable actitud se lo llevaron hasta no se donde...
Luego de todo el show, aparecieron mis amigos... una desgracia...
miércoles, 28 de mayo de 2008
Historias de esas que nadie me compra: El viejito loco del metro
Publicado por El loco motoneta en 22:22
Etiquetas: historias de esas que nadie me compra
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1 personas lindas dijeron:
Hola, ke tal, me llamo silvia, y me intereso mucho su historia, es muy pausible...yyy algo má´..
They`re taking the hobbits to isengard (8) xD
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